Post de la colaboradora: Lara Horcajo Berná.
Es posible que hayamos leído en alguna revista, libro o artículo el término “trastornos de la conducta alimentaria”, o incluso hayamos oído hablar de la “anorexia” y la “bulimia” en alguna noticia o programa de televisión. De hecho, es bastante probable que si nos preguntasen qué es lo primero que se nos pasa por la mente cuando escuchamos estos términos, la imagen que describamos sea la de una chica joven y extremadamente delgada, la cual va acompañada de juicios y críticas hacia su persona por querer llamar la atención, considerándola caprichosa e incluso dudando de su capacidad intelectual, y en numerables ocasiones, considerando este un problema pasajero y de poca importancia.
Pero, ¿qué son realmente los trastornos de la conducta alimentaria?
Cuando hablamos de trastornos de la conducta alimentaria nos referimos a alteraciones psicológicas que comportan graves anormalidades en el comportamiento de la ingesta, siendo los más conocidos la anorexia y la bulimia nerviosas.
De este modo, algunas de las características que presentan las personas con anorexia nerviosa serían: la restricción de la ingesta de forma persistente, el miedo intenso a ganar peso o a engordar y la alteración de la forma de percibir el peso y la constitución propia; y en el caso de la bulimia nerviosa encontramos episodios recurrentes de atracones y comportamientos compensatorios inapropiados para evitar el aumento de peso como podrían ser el vómito, el uso de laxantes, el ayuno o el ejercicio excesivo entre otros.
¿Y qué hace a una persona sumergirse en este trastorno?
Lo cierto es que existen múltiples problemas asociados a este trastorno por lo que no podemos sugerir una única causa, pero sí podemos hablar de factores de riesgo, siendo los que se mencionan a continuación los que cuentan con mayor apoyo empírico:
- La presión social por estar delgadx
- La dieta restrictiva
- La insatisfacción corporal
- El sobrepeso
- Historia previa de burlas relacionadas con la apariencia física
- La baja autoestima
- El afecto negativo
- El perfeccionismo
Ahora que ya sabemos un poco más sobre los trastornos de la conducta alimentaria, os propongo que hagamos un ejercicio de reflexión y pensemos en la sociedad en la que vivimos, y más concretamente en nuestra cultura y en la forma en la que nos relacionamos con los demás. De este modo podremos observar que una gran parte de nuestros encuentros, tanto a nivel social como laboral, se sitúan alrededor de una mesa con comida y bebida: cumpleaños, quedadas con amigxs para tomar algo que suelen alargarse y acabar en comidas o cenas, reuniones para cerrar algún asunto importante, cenas de empresa, bodas, bautizos, comuniones, jubilaciones etc.
Teniendo esto en cuenta, podremos llegar a entender cómo puede sentirse una persona que tenga un grave problema con la comida y un miedo irracional a aumentar de peso, al verse forzada a enfrentarse a su mayor temor no solo cinco veces al día, cada día de su vida (desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena), sino también a un sinfín de situaciones sociales. Así pues, lo más habitual es que la persona que padece este trastorno acabe aislándose de su red de contactos al tratar de evitar estas situaciones, provocando a su vez un gran impacto a nivel emocional.
Espero que esta publicación os haya resultado útil para comprender un poco mejor los trastornos de la conducta alimentaria, ser conscientes de la importancia que tiene esta problemática y lo difícil que resulta convivir con ello para las personas que lo padecen, y poder eliminar así los posibles prejuicios que pudiéramos tener acerca de este colectivo.