Post de la colaboradora: Raquel González y Carolina Perez, psicólogas especialistas en terapia con niños y adolescentes
Hoy, 13 de Julio es el día internacional del TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad)
Me llamo Daniela, tengo veinte años y tengo TDAH.
Me diagnosticaron de TDAH a los once. En el colegio me iba bien, tenía muchos amigos y buena relación con mis padres. Recuerdo que ellos querían que les mirara a los ojos cuando me hablaban o que me sentara en la silla para hacer las tareas. No entendían que cuando me decían siéntate recta, tenía que utilizar todo mi cerebro para poder hacer esa tarea tan sencilla para ellos y que a mí me costaba tanto.
También me decían constantemente que me esforzara más en el cole o en el instituto para ser mejor, cuando yo ya estaba dando el 100% de mí, no entendía nada.
Otra de las cosas que me daba mucha rabia era cuando me exigían que no moviera mis pies y no me balanceara, cuando hacer eso era lo que me ayudaba a poder concentrarme mejor.
A nivel social, me costaba mucho compartir y competía, tal vez demasiado con mis compañeros. Yo solo quería ganar, para mí era en ese momento lo más importante.
Y como adulta, ¿Cuál es mi experiencia?
Suelo tardar tres días en hacer mi maleta cuando me voy de viaje y aun así me olvido cosas. Miro constantemente a otras partes cuando me hablan, pero puedo atender lo que me dicen.
Me muevo por todas partes y te pregunto dos veces que me vuelvas a hacer la pregunta cuando estamos hablando…
Esta es mi experiencia y espero ayudar a otras personas a que puedan ver que todo lo que he contado son pequeñas cosas que si me entiendes no son apenas visibles.
El TDAH es un trastorno de carácter neurobiológico originando en la infancia que implica un patrón de déficit de atención, hiperactividad y/o impulsividad. En un estudio reciente en España sugiere que la prevalencia es de un 6,8%.
Pese a la alta prevalencia del TDAH, la realidad social es que existe un desconocimiento sobre el trastorno. La falta de formación, información y atención sobre el TDAH tiene consecuencias directas sobre los pacientes, sus familiares, amigos y otras personas de su entorno, que sufren el estigma, la insensibilidad y la falta de consideración hacia el trastorno.
Un buen diagnóstico y un tratamiento multimodal reduciría un gran porcentaje de adolescentes con fracaso escolar y más tarde, adultos que no han llegado a cumplir sus objetivos y se encuentran frustrados e incapaces de llegar a gestionar la frustración.
Ayudemos a normalizar, no estigmatizar y aprender que ser diferente puede ser algo extraordinario.